Para la mayoría de las personas, la vida y la muerte son conceptos absolutos y excluyentes. O se está vivo, o no. Sin embargo, un nuevo descubrimiento podría cambiar radicalmente esta percepción milenaria. Un grupo de científicos ha encontrado evidencia que sugiere la existencia de un tercer estado biológico, un estado intermedio entre la vida y la muerte que abre inquietantes y prometedoras posibilidades.
Un hallazgo que podría reescribir la biología
El estudio, publicado en The Conversation, describe cómo los investigadores lograron tomar células humanas de cuerpos fallecidos y convertirlas en organismos multicelulares con funciones completamente nuevas. Lejos de ser simples células inertes, estas unidades parecían renacer en formas nunca antes vistas.
“No son células zombis. Parecen ser nuevos organismos con una vida completamente distinta por vivir”, afirmaron los autores, sorprendiendo a la comunidad científica.
¿Qué son estos nuevos organismos?
Los investigadores llaman a estas entidades robots vivos. Dependiendo del tipo de célula utilizada, los resultados pueden variar significativamente. Un caso destacado es el de células de pulmón humano, que lograron autoensamblarse en estructuras capaces de navegar por su entorno, autorrepararse y, de forma asombrosa, ayudar a regenerar células neuronales dañadas.
El caso de las células pulmonares humanas
En el experimento, células solitarias del pulmón formaron espontáneamente nuevos agregados multicelulares. Estos organismos primitivos demostraron habilidades sorprendentes, como la capacidad de movimiento y la interacción activa con su ambiente, funciones que normalmente asociamos con organismos vivos.
Un mundo de posibilidades
Este descubrimiento podría revolucionar áreas como la medicina regenerativa y la biotecnología. ¿Imaginas tejidos que se reparen solos tras un daño? ¿O micro-organismos diseñados para restaurar órganos dañados? Según los científicos, esto ya no es ciencia ficción, sino un campo de estudio emergente.
¿Existen límites para este tercer estado biológico?
Los investigadores son cautos y subrayan que no todas las células pueden entrar en este estado. Factores como el tiempo transcurrido desde el fallecimiento, la actividad metabólica al momento de la muerte, la edad, el sexo y la salud previa del individuo determinan las probabilidades de que emerjan estos organismos.
Este hallazgo, que apenas empieza a ser explorado, invita a reflexionar sobre la delgada línea que separa la vida y la muerte. ¿Estamos ante una nueva era de la biología?